Edades del Hombre Toro 2016

Seis capítulos vertebran la exposición "Aqva" en la Colegiata de Toro y en la iglesia del Santo Sepulcro. Con el agua como hilo conductor de la vida y de la teología, la muestra de Las Edades del Hombre alberga 137 piezas de todas las diócesis de Castilla y León y de Portugal, 43 de las cuales proceden de Zamora. La inauguración oficial de la muestra, el arte y la historia se dan cita en Toro en su gran año cultural 2016.


 "Aqva" se articula en seis capítulos relacionados con el agua, hilo conductor de las Edades del Hombre tanto por su relación con la Teología y la vida como por el eje que marca el río Duero. La Colegiata de Santa María La Mayor acoge los cuatro primeros capítulos de la exposición mientras que los dos últimos pueden contemplarse en la iglesia del Santo Sepulcro.

El objetivo de la muestra es lograr el diálogo entre el arte y la cultura."Nos ayuda a amar nuestro Patrimonio ya reconocer en él nuestra historia y nuestras raíces".

Los capítulos de AQVA son: I. Agua de Vida,II. Preparando caminos, III. Los cielos se abrieron, IV. Cristo, fuente de agua viva. V El Bautismo que nos salva, VI. Renacidos por el agua y el espíritu.

I. Agua de Vida

Como ha explicado Rivera de las Heras comisario de la exposición, el primer capítulo versa cibre ek agua desde la perspectiva natural y antropológica (antes de la Teología) con obras de la mitología y la filosofía, así como de la explotación de los recursos hidráulicos y del padre Duero. Será pieza para invidentes, con misericordias de los coros de Plasencia y Burgos, y cuadros de los zamoranos Carlos Piñel y José María Mezquita. Asimismo se mostrará el agua en estado líquido y como nieve. La línea del Duero, cuadro de los zamoranos Antonio Pedrero (Vista de Toro, años 60) y Seco San Esteban (El barquero de Olivares). Contará con fotos de Ángel Quintas y cerámicas de los alfares de Moveros y de Toro, junto a tres cuadros del consagrado Antonio López.

II. Preparando caminos

El segundo de los capítulos integra el Antiguo Testamento con episodios como la creación, el diluvio y personajes bíblicos como los patriarcas, Moisés y el paso del Mar Rojo, y los profetas hasta San Juan Bautista. Entre las obras zamoranas de este capítulo destacan la Santísima Trinidad de Benavente, Moisés salvado de las aguas, ubicada en la ermita de los Remedios y donde todo converge en un Crucificado de la Santísima Trinidad de Toro. También incluye una vegetación de Fernando Lozano Bordell.

III. Los cielos se abrieron

La figura de Juan es la protagonista del tercero de los capítulos, que ilustra el nacimiento del Bautista, la predicación, el martirio y el Bautismo de Cristo. La provincia tiene su presencia en este capítulo con San Juan Bautista niño bautizando al Niño Jesús de Fuentelapeña y varios autores como Gil de Ronza, Juan de Montejo, Gregorio Fernández, Esteban de Rueda. Además incluye una pintura de Francisco de Zurbaràn y otra de Lorenzo de Ávila o tabla de Fernando Gallego de la Catedral de Zamora, pintura de Javier Carpintero y un óleo de Torre Cavero de la iglesia de Cristo Rey.

IV. Cristo, fuente de agua viva

El cuarto de los capítulos está dedicado a la figura de Jesucristo y a diversos pasajes de los Evangelios en los que aparece el agua: la vocación de los discípulos, las Bodas de Canáa, la Samaritana, el Lavatorio de los pies, Pilato y la Lanzada, cuando del costado de Jesús brotan agua y sangre.

V. El Bautismo que nos salva

Ya en la iglesia del Santo Sepulcro, el quinto capítulo compila piezas relacionadas con el sacramento del Bautismo tales como pilas y conchas bautismales, cismeras, vinageras, aguamaniles y acetres e hisopos para el agua bendita. El "Relieve" de Hipólito Pérez Calvo, el "Lavatorio de Pilato" de Villanueva del Campo, la maqueta "La Sentencia" de Ramón Núñez o el "Calvario" de Pinilla de Toro dotan de presencia zamorana a este capítulo de la exposición.

VI. Renacidos por el agua y el espíritu

El último de los capítulos de la muestra está dedicado a los santos cinculados al gua como Santiago el Mayor (que llega a España en barca, por Finisterre); San Cristóbal, San Nicolás de Bari o el primer Obispo de la Diócesis de Zamora, San Atilano, representado con el pez y el anillo.

Escultura, pintura, platería, textiles, metalistería, azulejería,mosaicos y fondos bibliográficos y documentales integran una exposición que celebra las Edades del Hombre desde el arte y desde la fe.

La mayor parte de la platería pertenece las parroquias de la Diócesis de Zamora aún en uso. También hay cantorales de Juan García de Salazar y de Alonso de Tejeda de la Catedral de Zamora, un óleo de la cabeza degollada de San Pablo (Catedral); San Pedro de Alcàntara (Alejandro Carnicero), San Julián (Ricardo Flecha) y una pintura del taller de José Rivera.

El final es el Cristo Resucitado de Toro, obra de Antonio Tomé: "Si alguno tiene sed venga a mí y beba el que crea en mí". Dice la escritura "De su seno correràn ríos de agua viva".

 
Incluye música de David Rivas y el sonido del agua.

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