Gastronomia
La gastronomía toresana es la manifestación de la gastronomía castellano-leonesa. Sus platos, elaborados con productos de la zona, respetan la tradición, utilizando materias primas modestas y pocos ingredientes en su elaboración.
Sobre el Duero se alza la muy noble, muy leal y muy antigua ciudad. Declarada de interés turístico y conjunto monumental histórico-artístico. Sus orígenes se remontan a la época celtibérica. Sede real, morada de nobles, lugar de reunión de cortes, juega un papel destacado en el enfrentamiento entre Juana la Beltraneja e Isabel la Católica, siendo escenario de la famosa batalla de Toro. Más tarde el Rey Fernando el Católico convoca la célebre Cortes de 1505, promulgándose las famosas Leyes de Toro. En época de Carlos I, tomó parte activa en la lucha de las Comunidades.
De su memorable pasado conserva un riquísimo patrimonio artístico y otros legados de interés cultural como las tradicionales fiestas de Carnaval, Vendimia y San Agustín.
La gastronomía toresana es la manifestación de la gastronomía castellano-leonesa. Sus platos, elaborados con productos de la zona, respetan la tradición, utilizando materias primas modestas y pocos ingredientes en su elaboración.
Visitar Toro, es adentrarse en la páginas de la historia descubriendo un conjunto monumental que hace de la ciudad de Doña Elvira, uno de los conjuntos artísticos más impresionantes de Castilla y León. Recorriendo sus rincones y calles observamos une serie de palacios y casas señoriales que definen el carácter aristocrático que tuvo esta ciudad.
El patrimonio natural de Toro y su alfoz es rico en parajes y en lugares plagados de ricas variedades de especies arbóreas y campos tanto de cultivo como de bosques de pinares y monte bajo, ideales para el paseo y con cotas no demasiado elevadas. El Duero llena su vega, pinares y rutas a pie hacen de la comarca un verdadero tesoro en el que practicar deportes acuáticos, senderismo, etc.
Es la iglesia mayor, todo un testimonio plástico de la importancia alcanzada en Toro en el S.XII. De su interior destaca la “Portada de la Majestad” s. XIII, esculpida en piedra, que conserva su policromía original, característica que la hace única.
Todo un gran museo espera al visitante. Más de cuarenta puntos de interés, veintiséis iglesias, monasterios y palacios con un rico patrimonio artístico hacen de Toro un gran museo para experimentar sensaciones en lo relativo al arte románico, arte mudéjar, barroco, isabelino, modernista...
Si rico es el patrimonio artístico no lo es menos su riqueza cultural y sus tradiciones. Muestra de ello son las tres fiestas declaradas de interés turístico regional: Carnaval, Semana Santa y Fiesta de la Vendimia.
El patrimonio natural de Toro y su alfoz es rico en parajes y en lugares plagados de ricas variedades de especies arbóreas y campos tanto de cultivo como de bosques de pinares y monte bajo, ideales para el paseo y con cotas no demasiado elevadas. El Duero llena su vega, pinares y rutas a pie hacen de la comarca un verdadero tesoro en el que practicar deportes acuáticos, senderismo, etc.
Hoy en día el turismo gastronómico sigue en auge y es en Toro donde los comensales pueden disfrutar de verdaderos platos de ayer y de la nueva cocina con diferentes productos frescos de la gran huerta que posee Toro y su alfoz, verduras y hortalizas que producidas en la vega no pueden ser más variadas y frescas.
El patrimonio vitivinícola de la comarca que encuadra la DO que lleva su nombre, atrae a Toro el turismo enológico. La cultura del vino más que arraigada en sus caldos que según se cuenta fueron los primeros llegados a América hace parada y fonda en una ciudad en la que se encuentra la sede del Consejo Regulador. Las cerca de 60 bodegas de la comarca hacen de Toro un especial lugar donde catar los mejores vinos de una de las 4 denominaciones de origen que tiene la provincia de Zamora.
La ciudad junto con su alfoz cuentan con un patrimonio histórico y natural digno de ver y disfrutar, sin dejar de lado las innumerables rutas senderistas con las que cuenta el entorno. La cultura, la enografía y la arquitectura junto con la amabilidad de sus gentes y la disposición de las mismas a mostrar su entorno hacen de Toro un lugar para perderse y disfrutar de unos días de relax y asueto en pareja en familia o en grupo.